PALABRAS DEL SOBERANO GRAN COMENDADOR EN LA TENIDA DE SOLSTICIO DE VERANO Y DE CIERRE DE LOS TRABAJOS ESCOCISTAS DEL AÑO 2022 DE LA E.: V.:
Muy queridos hermanos todos:
El solsticio de verano marca un final y un nuevo comienzo, acompañando las fiestas solsticiales de la pascua cristiana y la judía, así como el fin del año y el comienzo de uno nuevo. Es un hito de la naturaleza que ha inspirado a todas las civilizaciones que depositaron sus creencias y esperanzas en el momento en que el sol se detiene, marcando el inicio del verano en nuestro hemisferio y el del invierno en el hemisferio norte, tal como nos enseña el ritual que acabamos de realizar.
La Masonería es, también, una Institución fundada sobre los principios de la ley natural. Reconocemos como fundamentos de la moral, el instrumento de la convivencia y del perfeccionamiento individual y colectivo, a la naturaleza misma. Los instintos de conservación de la especie y del individuo, en permanente tensión, han dirigido la inteligencia humana en la elaboración de conductas, plasmadas en deberes y derechos que permiten el desarrollo del individuo y de la sociedad. Pero esta elaboración, hoy plena de abstracciones que nos permiten ver, a simple vista, aquellos fundamentos, no está terminada. Su elaboración, su comprensión y su acatamiento para bien de la humanidad, constituyen la evolución y el progreso de la especie hacia la felicidad. Esta utopía siempre nos ha acompañado y siempre nos acompañará.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado organiza una formación que pone ante los ojos y sentimientos del hombre el fin de la humanidad, convirtiéndolo en el fin meditado, pensado y deliberado, y que se expresa como Amor a la Humanidad.
Trabaja empleando sus medios para despojar al hombre de sus malos hábitos contraídos en el seno de la sociedad civil y, trasmuta la formación que ya tiene, a una formación pura, completamente humana, íntegra y honesta basada en el conocimiento de si mismo, lo que le lleva a la libertad ética. El hombre es fin en sí mismo y, ésta formación puramente humana es una manera de ser del hombre, exigida incondicionalmente, por su propia naturaleza y dignidad.
Al alcanzar la madurez por el conocimiento de sí mismo, se aclara la mente, la voluntad se vuelve recta, y así celebra la alianza de la belleza con la sabiduría y la fuerza. El ser humano obtiene una mente clara y libre de prejuicios, se erige en señor del reino de los conceptos y el horizonte de la verdad humana se extiende ante sus ojos tan lejos como es posible. Su rectitud se extrema escrupulosamente, severo consigo mismo en su intimidad, no hace públicamente el más mínimo alarde de su virtud, ni impone a los demás sus puntos de vista.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado desarrolla, en sus treinta y tres grados, todo éste programa de reflexión y comprensión, de unificación del conocimiento y práctica de la virtud que pone a disposición de los francmasones que adhieren y practican el Rito, para que cada uno, visible y conscientemente, se comprometa en la búsqueda, como un ideal propuesto y caro a su inteligencia y a sus sentimientos, un ideal que se convierta en la propia naturaleza en la que vive y respira como hombre y como masón. Lo importante radica en lo que pueden conseguir bajo las personales circunstancias, en relación a lo que la institución quiere y enseña. La Orden, como una Escuela del hombre, le procura todos los medios necesarios para que el hombre escocista logre lo que debe conseguir.
Esta labor, de perfeccionamiento del hombre, de compromiso con el progreso de la humanidad, sobre las bases de la libertad de conciencia, de la igualdad de los hombres ante la vida y las leyes, y de fraternidad basada en su origen común, es lo que hace valiosa e importante a la Masonería y, en particular, al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, por su trabajo silencioso pero eficaz imponiendo el orden dentro del caos.
Este reintegro del hombre a su plenitud humana, lo realiza el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en primer lugar, por medio de sucesivas iniciaciones. Esta enseñanza iniciática, a diferencia de la exclusivamente intelectual que pone en juego solo las facultades cognitivas, afecta a la totalidad de las facultades humanas, asociando estrechamente el conocimiento y la conducta, la moral y las ideas.
Aplicamos el método analógico, sirviéndonos del símbolo y del rito. Es una vía esencialmente intuitiva, una iluminación o comprensión de la realidad, inducida por los símbolos, y por la práctica de los rituales, que tiene una operatividad real de índole subjetiva, que llega a transformar la psiquis del escocista.
El proceso iniciático al que se someten los masones escocistas, produce nuevas perspectivas de índole consciente, ligadas a nuestros ideales, pero, además, desarrolla sus potencialidades intuitivas y afectivas, enraizadas en el subconsciente o inconsciente, tanto individual como colectivo.
En menor grado, el simbolismo y el desarrollo de los rituales, juntamente con la ambientación de nuestros templos, crean el clima propicio para que se produzca esa transformación, del hombre en otro nuevo, al que nos lleva el paso de los sucesivos grados de nuestro Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Es por ello que nuestra labor iniciática tiene varios aspectos y formas de expresarse, y en el Rito Escoces, todo trabajo, toda tarea conlleva un aprendizaje que se adquiere en el momento de su realización.
La realización de la XX Conferencia de Supremos Consejos que hemos organizado y hecho realidad entre todos, ha sido fructífera y nos ha dado a todos nuevos poderes, nuevas ideas y nuevas aspiraciones para mejorarnos y mejorar el mundo en que vivimos.
Lo mismo ocurre con los trabajos de las oficinas donde desarrollamos nuestra iniciación en los sucesivos grados. También lo han sido nuestras jornadas escocistas que este año han logrado presentar a nuestra Orden, con mayor excito, a la sociedad profana.
Sabemos que la Masonería se presenta a la sociedad a través de sus hombres. Debemos apoyar a los escocistas que tengan interés en proyectos educativos, a llevarlos a cabo, para así trasmitir a los educandos nuestra doctrina de profundo contenido humanista y laico, de tolerancia y de convivencia. Facilitar la investigación científica en el campo de las humanidades y de la salud pública y trabajar para evitar que se pongan límites a la investigación y a la búsqueda de la verdad.
La construcción del hombre nuevo, paradigma de la evolución e instrumento de la tolerancia, la paz, la convivencia, del respeto la dignidad humana y de los derechos fundamentales del hombre es nuestra tarea. Tarea que tal como lo dice nuestras Institutas no debe cesar, debe ser constante, progresiva y emancipadora.
La misión que el Escocismo, como escuela del hombre y del ciudadano en el siglo XXI, es tal o mayor que la desplegada en el siglo XIX y XX, ya que el mundo tiene más problemas y mayores complejidades.
Los conflictos que se interponen en la evolución humana no han dejado de ser los mismos que antaño. El fanatismo religioso hoy se ha tornado en terrorismo. El imperialismo no deja de causar estragos, imponiendo políticas que causan pobreza extrema y mantienen a los pueblos en la ignorancia. La falta de educación inhibe la convivencia pacífica necesaria para construir el progreso. Los conflictos y las guerras entre potencias por apoderarse de las riquezas y fuentes de poder, hoy como ayer, producen la muerte, la desolación y la miserable desgracia donde ocurren.
Es así que nuestra Institución es cada vez más necesaria para la concreción de la evolución humana a nuevos nichos de progreso y convivencia, con mayor libertad, con mejores formas de igualitarismo, con mayor conciencia de la igualdad fundada en la comunidad de origen y de destino de todos los hombres, base fundamental de la fraternidad y de la solidaridad.
Perfeccionando y puliendo el sistema del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, proporcionaremos a la sociedad civil los hombres preparados para la dirigencia en todos los ámbitos, a la vez, sembradores de la semilla de libertad, igualdad y fraternidad, las tres columnas sobre las que se sustenta el humanismo, la paz duradera, y, en definitiva, la felicidad de la especie humana.
Nuestra misión y nuestro objetivo solo podrán cumplirse a través del fortalecimiento del sistema educativo que constituye el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Dicho fortalecimiento incluye la adaptación de nuestros métodos a los tiempos modernos y a todos los medios que resulten aptos para nuestro programa de educación del hombre y del ciudadano.
Con la mejor voluntad y la mayor honestidad estamos en este camino. Este año de grandes y continuas realizaciones, precedidas por la peligrosa pandemia que aun continua, nos ha acercado unos a otros, estamos más unidos, nos entendemos mejor y con inteligencia y perseverancia sabemos que podemos, y ese es un gran premio. El año que viene será mucho mejor.
Para finalizar, presento los deseos del Supremo Consejo para todos nosotros y nuestros seres queridos: que tengamos un nuevo año de paz, alegría, amor, salud y prosperidad.
Terminada esta tenida os ruego que me acompañéis a brindar por el triunfo de la Masonería y por el crecimiento cualitativo y la expansión del Rito Escoces Antiguo y Aceptado.
Jorge A Goldenberg, 33º Soberano Gran Comendador
Campamento de Asunción, día del Solsticio de Verano, 21 de diciembre de 2022 de la E.: V.: