Para los obreros del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en Paraguay, emprender un viaje a la Casa del Templo —sede del Supremo Consejo de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos— equivale a una auténtica peregrinación histórica. Inaugurado en 1915 y diseñado por el célebre arquitecto John Russell Pope, este majestuoso edificio neoclásico evoca el Mausoleo de Halicarnaso, uno de los monumentos más admirados de la Antigüedad. Desde su fachada con columnas jónicas hasta la monumental escalinata que conduce al pórtico, cada detalle inspira respeto y asombro antes incluso de cruzar el umbral.
Una experiencia que trasciende el turismo
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La Sala del Templo. El corazón del edificio impresiona por sus dimensiones y su luz tamizada. Allí, bajo un dosel celeste, se celebran las ceremonias más solemnes del Supremo Consejo Madre del Mundo. Entrar en este recinto produce la misma sensación de recogimiento que se vive en nuestros valles durante las Tenidas de Perfección, pero amplificada por la historia centenaria que impregna sus muros.
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Biblioteca y Museo. Más de 250 000 volúmenes —entre ellos ediciones raras de rituales y tratados filosóficos— custodian el legado intelectual del Rito. Las vitrinas exhiben joyas históricas: joyeles de grado tallados a mano, espadas rituales y manuscritos originales de Albert Pike. Para los investigadores paraguayos, es un tesoro documental insustituible.
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El Memorial Hall. Dedicado a los miembros que han servido a la Orden y a su nación, recuerda la vocación de liderazgo cívico que el REAA promueve en todo tiempo y lugar.
Consejos prácticos para visitantes paraguayos
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Planificación. La Casa del Templo ofrece recorridos guiados gratuitos de lunes a jueves. Reservar con antelación garantiza acceso a salas restringidas cuando el grupo incluye masones acreditados.
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Pasaporte del Supremo Consejo. Llevarlo permite registrar oficialmente la visita y sumar un sello exclusivo que conmemora la cuna del escocismo universal. Es un detalle que enriquece cualquier colección masónica y documenta la progresión del viaje iniciático más allá de nuestras fronteras.
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Reflexión personal. Reserve unos minutos en la Biblioteca Silenciosa: sentarse allí con su Pasaporte abierto sobre el escritorio, rodeado de tratados que fundamentan nuestro camino, refuerza la convicción de que el Arte Real es una obra colectiva y sin límites geográficos.
Por qué esta visita fortalece al escocismo paraguayo
Conocer la Casa del Templo no es solo un acto de curiosidad arquitectónica; es establecer un puente viviente con la historia y los valores que sustentan nuestro trabajo en Paraguay. La experiencia renueva la comprensión de los principios de Sabiduría, Fuerza y Belleza, inspira nuevas investigaciones en nuestras logias y refuerza el sentido de universalidad que caracteriza al Rito Escocés. Al regresar, cada viajero trae consigo más que fotografías y sellos: trae la certeza de formar parte de una cadena inquebrantable que une a los obreros escocistas de Asunción con los de Charleston, Washington y el mundo entero.
Visitar este templo emblemático es, en suma, un recordatorio tangible de que nuestro rito —forjado en la tradición y proyectado hacia el futuro— se mantiene vivo gracias al estudio, la fraternidad y la acción constante de sus miembros. Queda, pues, la invitación abierta: quien cruce sus puertas regresará a Paraguay con un espíritu renovado y una comprensión más profunda de la grandeza de nuestra Orden.